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Los aditivos alimenticios
Pese a que en la actualidad, la sal, el polvo para hornear, la vainilla y la levadura se usan en los alimentos, muchas personas piensan que los aditivos son únicamente compuestos químicos complejos. Todos los aditivos alimenticios están regulados cuidadosamente por las autoridades federales y por numerosas organizaciones internacionales que se ocupan de asegurar que los alimentos sean seguros para consumir y que estén adecuadamente etiquetados. El propósito de este folleto es ofrecer información útil sobre los aditivos alimenticios, por qué se usan y de qué manera se regula su uso seguro en el abastecimiento de alimentos. ¿Por qué se usan los aditivos en los alimentos? Los aditivos desempeñan una variedad de funciones útiles en los alimentos, las que, por lo general, damos por sentado. Debido a que ya no quedan muchas personas que vivan en granjas, los aditivos ayudan a mantener saludables y apetecibles a muchos de los alimentos que llegan a los mercados después de haber recorrido miles de kilómetros. Además, los aditivos también mejoran el valor nutricional de ciertos alimentos y pueden transformarlos en más apetitosos ya que mejoran su sabor, textura, consistencia o color. Se podrían eliminar algunos aditivos si estuviéramos dispuestos a cultivar nuestros propios alimentos, cosecharlos y molerlos, destinar muchas horas a cocinarlos y envasarlos, o a aceptar un aumento en los riesgos de la descomposición alimenticia. En la actualidad, muchas personas confían en los beneficios tecnológicos, estéticos y convenientes que los aditivos proporcionan a los alimentos. Los aditivos se usan en los alimentos por cinco razones principales: Para mantener la consistencia del producto. Los emulsificantes otorgan a los productos una textura consistente y evitan que se separen. Los estabilizantes y espesantes otorgan una textura suave uniforme. Los agentes anticoagulantes ayudan a que las sustancias como la sal fluyan sin apelmazarse. Muchas de las sustancias que se adicionan a los alimentos pueden resultarnos extrañas tal como aparecen en la etiqueta de ingredientes, pero, en realidad, se trata de elementos familiares. Por ejemplo, el ácido ascórbico es otro nombre para la vitamina C, el alfatocoferol es otro nombre para la vitamina E, y el betacaroteno es una fuente de vitamina A. Pese a que no existen sinónimos sencillos para todos los aditivos, vale la pena recordar que todos los alimentos están compuestos por químicos. El carbono, el hidrógeno y otros elementos químicos constituyen los bloques básicos de todo lo que tiene vida. |
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